Crecen los días y la luz, ampliada por el espejo que es la bahía, inunda todos los rincones. Aparecen los primeros brotes y la hierba vuelve a crecer.
En la ría brincan los peces: disfrutan de los ricos nutrientes que empiezan a afloran en el estuario traídos por las aguas oceánicas profundas. Y hay más veleros y más senderistas en las rutas litorales.
Nos visitan las aves marinas que buscan el norte: ...