Nuestra historia literaria empezó con el vaivén de las olas de la Ría de Vigo, que inspiraron a nuestro trovador medival Martín Códax para componer sus hermosas cantigas. Fue el azar el que quiso que, siete siglos después de su composición, en 1914, un librero llamado Pedro Vindel encontrara sus versos en un pergamino que hacía de forro a un ejemplar de De Oficiis de Cicerón.
Vigo se ha convertido en musa para escritores de todo el mundo. Desde Jules Verne hasta los últimos best sellers de Domingo Villar...