VÍSTETE DE RECONQUISTA (MUJER)
Lunes, 21 Febrero 2022
La falta de documentación impide conocer de forma exhaustiva lo que podría haber sido el traje de nuestros antepasados allá por el 1809, aunque, a través de la documentación escrita, grabados y cuadros podemos hacer un estudio aproximativo.
En todas las épocas las clases sociales y los diferentes gremios de artesanos se distinguen por sus vestimentas. Así, cuanto mayor era el nivel adquisitivo, aparecían mejores prendas que se iban mezclando con otras.
En la cabeza, las mujeres de diario, llevaban cofia o paño de lana floreado o de seda anudado detrás, añadiendo la mantilla para ir a misa. Si trabajaban al sol, usaban sombreros de paja. Generalmente, el pelo era largo y lo peinaban en una trenza que enroscaban en un moño bajo la nuca. Las niñas y las adolescentes llevaban una o dos trenzas sueltas con un lazo.
Usaban camisa hasta las rodillas en el interior. En la parte del tórax la prenda era de lienzo y en la del abdomen y piernas, de estopa. Los puños y la tira del cuello de lino más fino. Encima de la camisa, el corpiño que ceñía y levantaba el pecho, cubierto con una blusa o blusón y una toquilla de lana tejida a mano con amplios dibujos geométricos cruzada al pecho, atada por detrás a la cintura y dejando caer las puntas. A la altura del abdomen, un refajo de lana por encima del volante de la camisa.
La falda bajera de baeta, tipo de tela de lana cubierta de pelo, y por encima, una falda de mejor hechura acompañada de un mandil o mandilón en algodón con diseño de cuadros o rayas, recogiendo el borde en el lado izquierdo de la cintura. Prescinden de medias y llevan camisa remangada de lino basto. La falda, de lana, se levanta 20 cm. del suelo. Iban descalzas, a excepción de las trabajadoras de la lonja, que llevaban zuecos para preservarse de la humedad.
En la otra cara de la moneda, las mujeres de clase social alta, que en los días de fiesta llevaban enaugas, dengues y mandiles adornados con terciopelo y azabache. También están las vasquiñas, que eran faldas de mucho vuelo. Cubrían las piernas con medias de lana hechas con agujas de calcetar, de lino y las más ricas caladas o de seda, sujetandolas con ataduras. En los pies, escarpines, madroñas, o zuecos y en días determinados, zapatos.
Para guardar el dinero, amuletos y otros objetos, una especie de monedero que iba situado debajo de las faldas.
Agradecemos la colaboración del Museo Etnográfico Liste y de Elisa Pereira y Rocío Pino por su labor de investigación, a la Asociación Cultural Tangaraño y a la Colección de grabados Casariego, de los que hemos hecho uso.