insigniɏcantes. Pero son los que tienen auténtico sentido humano,
pues los construyeron sus habitantes, hace unos dos mil años, para
vivir con sus familias. (Visitas guiadas gratuitas).
El monumento a Martín Códax, recuerda al trovador medieval que
convirtió el mar de Vigo en poesía empleando la antigua lengua
gallego-portuguesa.
La corona de este monte se encuentra presidida por la única
fortaleza que permanece íntegra de las que formaron el sistema
defensivo de Vigo desde el S.XVII al XIX.
Circundan O Castro la avenida de las Camelias, la calle Venezuela y
la Gran Vía. Entre estas dos últimas se encuentra un barrio próspero,
que se fue poblando a partir de los años cincuenta. Un centro
comercial, Plaza Elíptica, y unos grandes almacenes, dan buena
muestra del dinamismo de la zona.
El grupo escultórico de Oliveira, “Los Caballos”, nos indica que
hemos llegado a la Plaza de España, y recuerda las manadas de
caballos salvajes que vivían, no hace mucho, en las laderas de O
Castro, igual que las que hoy pacen libres en el Monte Galiñeiro,
junto a la Ciudad Universitaria.
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