La procesión, abandona la concatedral y emprende su caminar a
paso solemne por la calle Real, llena de pequeños bares y tascas
de antigua tradición marinera. La calle Real es la quintaesencia del
Casco Vello. En uno de sus ediɏcios estuvo la imprenta Compañel,
en la que se imprimió la pimera edición de “Cantares gallegos”
de Rosalía de Castro. Pequeñas callejuelas conɐuyen en ella,
mostrándonos la típica arquitectura marinera de los siglos XVII,
XVIII y XIX. Al ɏnal, la calle Real se abre a la Ribeira del Berbés,
que en el pasado era un bullir de pescaderas, marineros y tratantes,
en permanente regateo para conseguir el mayor precio por el
esfuerzo de la noche. Hoy, el mar ya no llega hasta las casas, y el
puerto pesquero dispone de modernas lonjas de bajura y altura en
las que la más avanzada tecnología facilita las transacciones entre
patrones de pesca y exportadores de pescado. Pero el Berbés, con
sus soportales, quedó impregnado de esa historia. Aquí se organiza
la más grande hoguera de la ciudad en la noche de San Juan y otras
ɏestas de carácter religioso, que nos devuelven al tiempo en que
era el centro de la vida viguesa.
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